Hamlet X Hamlet

jueves, 8 de diciembre de 2011


Por Mónica Berman


Hamlet en formato unipersonal. Algo así debería decirse para dar cuenta de la obra de Marcelo Savignone. Sin embargo, esto que parece responder a una descripción, tal vez, vinculada con un género no sirve para entender lo que sucede en Belisario.

En primer lugar digamos que hay un actor, un actor que entrena y que evidentemente vive de hacer papeles pequeños, un Papa Noel por acá, un conejo por allá. Pero que sueña con Hamlet, la obra. Este dato no es menor por múltiples cuestiones. Este actor no sólo desea hacer Hamlet (personaje) sino que, evidentemente, siente pasión por cada uno de los personajes de Hamlet (obra).

El espacio central es un pequeño habitáculo, biblioteca de pequeñas dimensiones, colchón, en el piso, múltiples objetos capaces de grabar sonido e imagen. Pero a un costado, hay otro espacio, más pequeño, ligado con el universo del espectáculo, cortinado rojo, micrófono de pie. La conjugación es bastante particular: un espacio cotidiano y uno de representación. Esta exhibición del espacio tendrá correlato en el armado de la puesta, dos universos que están uno a un paso del otro. Eso es lo que sucederá. El actor ensaya, su actividad es esa. Pero en el acto de ensayar, solo, sin testigos, deviene personaje para sí y para los espectadores, como voyeurs de un acto íntimo. La ficción que reflexiona sobre la ficción, prueba y error, la vuelta a hacer, a decir, lo que no sale.

Pero hay más, mucho más, un recorrido que parece inagotable en relación con los recursos y los procedimientos, si uno se sorprende con algún planteo vendrá otro para redoblar la apuesta. H x H parece estar sostenida fuertemente por dos elementos, un cruce entre la inteligencia y la imaginación para armar ese deslizamiento que lleva del actor al personaje, y una actuación magistral.


Ficha técnica

Concepción: Marcelo Savignone
Intérpretes: Marcelo Savignone
Vestuario: Lucila Fiorenza
Escenografía: Lina Boselli
Iluminación: Nacho Riveros
Audiovisuales: Belén Robaina
Operación técnica: Luciano Cohen, Federico Costa, Pedro Risi
Diseño gráfico: Edgardo Carosia
Entrenamiento corporal: Juan Martín Fernández Ozán
Entrenamiento vocal: Claudio Garófalo, Josefina Lamarre
Asesoramiento literario: Juan Manuel Bernal, Eva Rodríguez
Asesoramiento musical: Nicolás Savignone
Asistencia general: Maria Florencia Alvarez, Juan Manuel Bernal, Luciano Cohen, Federico Costa, Deby Low, Pedro Risi
Prensa: Tehagolaprensa
Producción ejecutiva: Maria Florencia Alvarez, Silvia Barona
Dirección: Marcelo Savignone

Web: http://www.marcelosavignone.com
Este espectáculo forma parte del evento: Fiesta CABA 2011

http://www.alternativateatral.com/obra20625-hxh-hamlet-por-hamlet

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Brick

viernes, 18 de noviembre de 2011


Por Natalia Laube


Tres obreros con distintos cargos llegan a una obra en construcción, y se disponen a hacer cada uno lo que sabe. Jaime, Toni y Javier, los tres personajes de esta historia, son enviados a un lugar alejado de casi todo con la misión de construir algo grande. Quien los mandó es Gerardo Losaso, un superior que es responsable de haber cruzado sus destinos pero que nunca aparece, finalmente, para hacerse cargo de lo que suceda allí entre ellos.

La primera obra de Camila Fabbri, dramaturga y directora en ciernes, transcurre –casualmente– en una obra en construcción en la que estos tres hombres deben convivir, dadas las circunstancias, por un tiempo largo. La cuestión comienza a ponerse interesante cuando, pasados algunos días y cimentada la confianza interpersonal, no sólo hagan coexistir sus cuerpos, sino sus diferentes maneras de ser varones: sus comportamientos, sus formas de abordar su masculinidad, chocan en primera instancia para comenzar a fundirse más tarde. Incluso a gustarse. Está claro que ninguno eligió del todo al otro, pero en ese conjunto de actitudes personalísimas, angustiadas, amorosas, desbordadas –siempre humanas–, algo comienza a tener sentido, mientras la virilidad que pide asado, fútbol y chicas de tetas grandes comienza a derrumbarse un poco.

Llama la atención que la creadora de este trabajo (jovencísimos 22) se haya metido con dos universos que, prejuicio mediante, podrían suponérsele –si no alejados– apenas frecuentados: lo laboral, por un lado; lo masculino por el otro. Y aunque Fabbri escriba en el programa de mano que “No todas las obras en construcción son edificios”, podría decirse, siguiendo el juego de las metáforas edilicias, que su trabajo sí termina convirtiéndose en uno: un edificio simple, sin estridencias, pero placenteramente habitable. Con aciertos y desaciertos (la dirección de actores en el sector de los debe; un sensible manejo del espacio y la iluminación en el terreno del haber), Brick prepara el terreno de una carrera teatral que se percibe sólida y duradera. Tiempo para los acabados interiores, sobra.


Sábado, 23 horas. Granate Espacio Teatral. Álvarez Thomas 1539.

Ficha

Dramaturgia y dirección: Camila Fabbri

Asistencia de dirección: Ramiro Bailiarini

Actúan: Bruno Campos, Julian Infantino, Mario Sala

Escenografía: Julieta Potenze

Iluminación: Leonardo D’aiuto

http://www.alternativateatral.com/obra21453-brick

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CMMN SNS PRJCT

miércoles, 9 de noviembre de 2011


por Mónica Berman

La propuesta, innombrable para nosotros por ausencia de vocales (aunque en algún momento las recuperarán) empieza por un juego bastante particular: la cesión de una serie de objetos exhibidos ante el público. De a poco, el muestrario de objetos desaparece de la escena para pasar a manos de los espectadores. Este acto tendrá inmediatamente un pedido de contraprestación pero como ellos, Laura Kalauz y Martín Schick, son amables, gentiles y sus pedidos no son invasivos, se produce el intercambio de manera “bastante natural”.

Primer dato sumamente interesante, el espectador acepta ahora porque aceptó antes. Luego veremos que esto es un paradigma de funcionamiento de todo el (complete el lector, no es fácil nominarlo), una lógica de intercambio de bienes y servicios, incluidos los culturales.

En sentido estricto la propuesta no es del orden de la ficción pero necesita de un espacio habitualmente habitado por la ficción para ponerse en tensión con él, por múltiples razones.

El modo en el que la ficción ingresa asemeja la naturaleza del discurso referido porque ellos “actúan”, representan de manera sistemática e, incluso, reiterada si no logran su “objetivo”.

Además de referencias ficcionales aparecen técnicas de la danza, es decir, dialogan en términos formales con las artes escénicas. ¿Por qué formales? Porque si la referencia es a una película no hay “cine”, hay actuación “teatral” que la remite. Ésta es la clave del recurso porque la focalización no está puesta en denunciar o criticar la sociedad económica en la que vivimos sino en poner en juego sus mecanismos de acción. Incluso entra directamente el dinero en escena.

Decíamos que se producía la necesidad de un espacio como un teatro, fundamentalmente por el modo en el que funciona la convención y por el lugar político-económico-institucional que conlleva. Es desde esta perspectiva que los performers tienen cubierto su “sueldo” como trabajadores y las cuentas que harán (incluido el dinero que le corresponde al teatro) incluyen los gastos habituales de una puesta, escenografía, flete para su traslado, prensa, etc. Entonces la reflexión sobre nuestro accionar en el mercado incluye lo cultural. El remate de la propia obra para ser representada por quien la compre, de manera no exclusiva, es absolutamente monumental. Como el hecho de vender la grabación de lo que pusieron en escena con el agregado de que es una grabación incompleta puesto que las acciones continúan.

La propuesta apela a la inteligencia del espectador de manera directa y es un cross a la mandíbula con respecto a nuestras propias acciones cotidianas que no percibimos porque están profundamente naturalizadas. Como diría Roland Barthes, cuando algo es percibido como “natural” es porque la cultura está operando con toda su fuerza. Estos dos jóvenes talentosísimos lo que hacen es poner en evidencia lo “natural” en términos de economía y unas cuantas cosas más.


Autoría: Laura Kalauz, Martin Schick
Performers: Laura Kalauz, Martin Schick
Escenografía: Cristina Nyffeler
Prensa: Debora Lachter
Dirección: Laura Kalauz, Martin Schick


http://www.alternativateatral.com/obra21569-cmmn-sns-prjct


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Niñas mal

viernes, 28 de octubre de 2011


Por Mónica Berman

Imagine la sensación de ingresar en el Complejo Histórico de Santa Felicitas. Que le ofrezcan mientras se hace la hora de la propuesta teatral, pasear brevemente por los túneles, observar la lavandería, ver los restos de una antiquísima Buenos Aires.

Luego subirá hasta el lugar donde se desarrolla la obra y esperará disfrutando de escalera y vitraux, maravillosos.

Más tarde, en el momento de ingresar, recorrerá el espacio escénico hasta ubicarse en su lugar y en ese recorrido ingresará en otro tiempo y se preparará para ser parte de una bellísima historia.

La escenografía “armada” está constituida por sillas, en todas posiciones y de todas clases. Objeto que dice de quien se sienta en él, muchas cosas.

Dos mujeres, vestidas de época se encontrarán. Vienen al parecer de distintos lados, pronto comprenderemos: una anda buscando los nuevos caminos que le propone la muerte, la otra, sin saberlo ha dejado la tierra de los vivos.

Ellas son Felicitas Guerrero y Camila O’Gorman, en un encuentro imaginario.

Sus creadores, Natalia Miranda, dramaturga y Leonardo Edul, director, tienen entre manos es una especie de bomba de tiempo, un material sumamente riesgoso y, la verdad, es que asumen el desafío de manera fabulosa.

Construidas desde el lugar de los opuestos, estas dos mujeres van armando el rompecabezas de sus propias historias, jugando poesía y suspenso. Una serie de ingredientes hacen de este trabajo una verdadera joyita, desde la música que surge del piano invisible ejecutado en el país de la muerte, las historias de amor, el bellísimo vestuario (la herida de bala), la acertadísima iluminación, el espacio expandido y ocupado, las valijas con secretos.

Un trabajo sin desperdicios, de esos que quedan grabados definitivamente en la memoria, singular y colectiva.


Compañía Bimbo de Ciruelos.

ELENCO:

Natalia Miranda

Guillermina Schauman



FICHA TÉCNICA:

Espacio: Ángeles Miranda – Sofía Goldaraz

Vestuario: Magda Banach

Iluminación: Matías Sendon

Movimiento: María Clara Maidana

Música original: Leonardo Edul

Clínica de obra: Ricardo Monti

Fotografía y gráfica: Lucía Miranda

Producción ejecutiva: Ximena Hoffman – Larisa Rivarola

Asistencia de vestuario: Manuela Guerrero

Asistencia de dirección: Sofía Ansaldo

Dirección: Leonardo Edul


Sábados, 20 hs. Complejo Histórico Santa Felicitas. Pinzón 1480. Barracas. 40 pesos.

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VIEJO, SOLO Y PUTO


Por Malala González


Mapa de situación: Una farmacia en Wilde, provincia de Buenos Aires, una noche de turno y/o de festejo de recibimiento. Un murmullo que se despliega y se escabulle entre las cajitas de medicamentos. Un colchón verbal flotante se instala. La escena promete. Y cumple. Veamos.

Las estanterías del negocio marcan un recorrido laberíntico prometedor de cura y alivio. El conflicto, entonces, parece ubicarse en ese “estar”, en esa lucha vital que nos hace ser uno y ser otro (o simplemente aparentar). Una atmósfera que oscila entre lo masculino, lo femenino, lo travestido, lo sexual, lo hormonal, lo punzante. Pero ¡ojo! este ambiente no nos hiere, sino que nos atraviesa y perturba de manera tan interesante que la anécdota de aquellos reunidos −preparando la ida a “Mágico”, el boliche de la zona− resulta una excusa para contar mucho más desde lo teatral.

Un primer detalle: El foco directorial de Sergio Boris sobre la actuación de los cinco actores. Ellos, Patricio Aramburu, Marcelo Ferrari, Darío Guersenzvaig, Federico Liss y David Rubinstein, arriesgan con solidez la corporalidad de los roles adquiridos y son capaces de recrearnos los mundos personales de los que provienen, respectivamente. Y si bien todos se lucen, destaco la labor de Aramburu en el rol de Sandra.

Un segundo detalle: La cuestión de género inmersa en un ambiente bien cotidiano. La composición de las dos travestis nos advierte que la búsqueda no ha sido la parodia, sino tan sólo generar un plano de situación verosímil. Es decir, abordan un lugar sensible en el que es posible observar al deseo del cambio corporal como un estado de padecimiento. Esto desata una densidad dramática que se mezcla con la comicidad aportada por los diálogos, la previa a salir al boliche, la pizza y las cervezas, las ganas de no terminar solo y de tener un ratito de amor. Una buena mezcla en la que de pronto, todo está desordenado y difuso, no sólo las estanterías, sino que la noche parece avanzar con niebla. Porque el deseo y la insatisfacción habrán sido los encargados de direccionar la acción… y de desbordarla.

Entonces, ¿padecimientos o la vida misma? Estados abatidos para los cuales ¿existen remedios? Quién lo sabe. Mientras tanto, que la cumbia siga sonando.

Ficha técnica:

Director: Sergio Boris. Actúan: Patricio Aramburu, Marcelo Ferrari, Darío Guersenzvaig, Federico Liss y David Rubinstein. Sábados 23 hs Espacio Callejón.

http://www.alternativateatral.com/obra18989-viejo-solo-y-puto

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Ulises no sabe contar

miércoles, 14 de septiembre de 2011


Por Natalia Laube

Primero hay que mencionar una obviedad: ningún hecho artístico abiertamente inspirado en la novela Ulises
de James Joyce debería jactarse de simple, si de verdad se siente deudor de este clásico. De Ulises no sabe contar, el nuevo trabajo de la Compañía Vilma Diamante (que nace de aquella lectura aunque nada de lo que finalmente acontece obedezca a la trama), podrán decirse muchas cosas, pero nunca que es una obra sencilla. En principio, porque no se trata de una ficción lineal: lo que se cuenta es la historia de un chico -Ulises- que no tiene idea de cómo narrar su propia historia y que por ese motivo termina contándola sin orden alguno y en una sucesión de escenas elegidas más arbitraria que lógicamente, si es que la lógica existe para estos casos. En este recorrido autobiográfico también hay lugar para la literatura: Ulises parece suscribir a la idea de que somos lo que leemos; y una sucesión de citas de libros y fotos de escritores se cuelan en el escenario para darle cuerpo a esa idea. Literatura y vida (ficción y ficción dentro de la ficción, en este caso) van tejiendo la historia, que bien podría ser un sueño del protagonista o los minutos previos a la muerte, en los que -dicen- el racconto de todos los sucesos vividos se vuelve posible.

Pero Ulises no es una obra llana, sobre todo, porque la compañía a cargo de la dramaturgia y la puesta no lo es: compuesta por artistas visuales, actores y músicos, Vilma Diamante ya demostró en Luisa se estrella contra su casa su interés por los detalles musicales y plásticos. Este desvelo por lo retórico se refuerza todavía más en Ulises, una puesta disfrutable, sobre todo, para los ojos (y acá merecen mención el enorme trabajo de la escenógrafa Mariana Tirantte y algunas sorpresas que Ariel Farace aporta desde la dirección).

El relato, en cambio, se diluye en escenas más encantadoras que constructivas y un cúmulo de preguntas filosóficas (“¿Cómo se cuenta la historia de alguien que está vivo? ¿Y la de alguien que está muerto? ¿Qué historia estamos contando hoy acá?”) que no terminan de encontrar un cauce. “Una cosa es lo que se piensa sobre las cosas y otra lo que las cosas son”, le dice Rita, la futura novia de Ulises, al protagonista a propósito de una lectura de Ludwig Wittgenstein que acaban de compartir. Parafraseando al filósofo austríaco, podría decirse que una cosa es aquello que desvela a un creador y otra muy distinta la posibilidad de teatralizar su desvelo. A Ulises le cuesta contar su historia, a Farace, por momentos, le cuesta contar la de Ulises.

Ficha técnica:

Dramaturgia: Compañía Vilma Diamante

Dirección: Ariel Farace

Elenco: Gabriela Ditisheim, Luciana Mastromauro, Andres Rasdolsky, Guido Ronconi, Ignacio Sánchez Mestre, Matías Vértiz, Juan Manuel Wolcoff

De jueves a domingos a las 21. Repone finalizado el FIBA.

Foto: Carlos Furman

http://www.alternativateatral.com/obra19469-ulises-no-sabe-contar

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COMO PEZ FRENTE AL ANZUELO

martes, 13 de septiembre de 2011



Por Malala González

Una experiencia estética tan disfrutable, de esas de las que uno no sabe por dónde empezar a comentar, simplemente, porque gustó y mucho. Una explosión de sensaciones y diversión que reivindican las ganas de seguir yendo al teatro. Una espléndida y radiante Dolores Ocampo que deleita con un recorrido musical en torno a sus peripecias amorosas. En una palabra, asistir a Como pez frente al anzuelo me ha resultado formidable.

Pero, para no quitarles el encanto de no saber de qué va la obra, ni anticipar algunos vericuetos que la hacen aún más recomendable, sólo atinaré a puntuar 5 rasgos sobre los cuales me propongo crearles la inquietud de ir a verla (en serio, ¡hágame caso!):

1) Mucho, de principio a fin, se disfruta, entretiene y ¡alegra los corazones! (De pronto, ahora me gustan los musicales ¡Gracias Dolores! Aunque, mejor dicho, no sea un musical típico, sino una especie de obra de “teatro-canción”).

2) El brillo de su voz y el encanto de su comicidad −dos elementos que Ocampo maneja con gran soltura− permiten mantenernos expectantes todo el tiempo; atendiendo a qué nueva anécdota referirá, o cuál será el ritmo del próximo tema.

3) Músicos tan talentosos que hacen que por momentos nos olvidemos que es una obra y que creamos estar frente a un símil “recital” (aunque, claro, siempre continúen los condimentos teatrescos). Ellos incumbidos en la trama de la protagonista, también son parte y logran mimetizarse con lo que proponen las escenas.

4) Matices, y nada de “esto ya lo ví” o “ahora sé qué va pasar”. La obra sorprende porque melodía tras melodía Ocampo nos regala un clima distinto, sobre los cuales, y argumentalmente, la cosa va fluyendo y solidificándose cada vez más.

5) Un muy buen plan para un domingo a la tarde, en el que la actuación, el canto, la música, la iluminación, el vestuario sirven a una dirección puesta sobre cada detalle o gesto. Todo está “a punto” para que cada elemento en escena toque su nota justa y logre hacernos reír, recurrentemente, hasta de lo trágico.

¿Les habré contagiado el entusiasmo? Ojalá que sí.

Ficha técnica: Texto y actuación: Dolores Ocampo. Intérpretes: Luis Campos, Hernán Crespo, Hernán Medina y Emilio Turco. Dirección: Julieta Petruchi. Domingos a las 18hs en el Kafka.

http://www.alternativateatral.com/obra21441-como-pez-frente-al-anzuelo

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